Source: El Pais
Author: Alberto Brito Hernandez
Muchas son las declaraciones que desde un lado u otro hemos oído respecto de cómo gestionar y proteger las especies y ecosistemas de aguas profundas. La base de una gestión eficiente de los recursos se encuentra en una gestión basada en la información científica existente.

Aunque reiteradamente, desde las posiciones de la industria y eurodiputados afines, se nos dice que los stocks de especies de aguas profundas están en buen estado, el Consejo Internacional de Exploración del Mar (CIEM o ICES, por sus siglas en inglés, es el organismo científico independiente encargado de evaluar los stocks de peces para la Unión Europea) no opina lo mismo.
Así, de las cincuenta y cuatro especies de profundidad incluidas en la propuesta de la Comisión Europea, sólo 26 presentan límites de captura y, de estas, dieciocho están consideradas como agotadas o en alto riesgo de agotamiento, cinco especies tienen uno o más stocks en situación estable o en condición ligeramente negativa, y sólo tres especies tienen una o más de sus poblaciones en una situación estable, aunque por debajo del rendimiento máximo sostenible. Estas son el granadero de roca (estable sólo en las Subáreas ICES VI, VII, Divisiones Vb y XIIb), el brosmio (en Divisiones ICES IIIa, Vb, VIa, XIIb, Subáreas IV, VII, VIII, IX) y el sable negro (Subáreas VI, VII y divisiones Vb, XIIb y Subáreas VIII, IX).
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